Anabel y sus dificultades para poder ser la líder del PJ

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El peronismo rechazó un pedido de endeudamiento del Gobierno por U$S 130,8 millones para hacer obra pública, luego de un debate interno que dejó al desnudo que Anabel Fernández Sagasti consiguió convertirse en candidata, pero que aún no logra liderar a su partido. Los planteos para decir que no fueron políticos, pero se terminaron disfrazando de argumentaciones técnicas. De qué se tratan y cuánto cuestan cada una de los cuatro proyectos que pretende hacer Cornejo.

Anabel Fernández Sagasti sabe que tiene que lograr dos objetivos, al menos, si pretende llegar con chances de pelear por la gobernación en setiembre.

Uno de ellos es casi una obviedad: sumar más votos de los que sacó en las PASO del 9 de junio pasado. No habrá forma de que el peronismo recupere el poder en la provincia, si la aspirante del kirchnerismo no logra revertir esa diferencia de siete puntos que le sacó el candidato de Alfredo Cornejo, Rodolfo Suárez.

Pero antes, la senadora nacional tiene un trabajo aún más duro por delante. ¿Cuál? Contener a los votantes de su ex rival en la interna, Alejandro Bermejo, para arrancar en la campaña con la seguridad de que la base electoral del PJ será del 35%.

Hasta aquí el esfuerzo de Anabel para lograr este último fin fue notorio. Lo primero que hizo fue abrir la discusión dentro de su partido para la distribución de los candidatos en las listas para el Congreso y buscó conseguir, además, la reunificación de los bloques en la Legislatura.

Todo parecía transcurrir en armonía, hasta que apareció el pedido de endeudamiento del Gobierno por U$S 130,8 millones con organismos multilaterales de crédito para hacer cuatro obras públicas en el mediano y largo plazo.

Fernández Sagasti sintió, como otros referentes en el pasado reciente, el golpe de la realidad del PJ local de los últimos años: la dificultad para ejercer liderazgo. Ella logró convertirse en la candidata a gobernadora, pero claramente eso no la convierte aún en la líder del partido.

Anabel es permeable a darle los votos a Cornejo, pero no se puede dar el lujo de enfrentarse a una votación partidaria dividida, si quiere encarar la campaña con todos adentro.

Las miradas en el PJ acerca dé lo que pasó apuntan todas al Sur. Fueron muy particulares todos los movimientos del intendente de San Rafael, Emir Félix, tras el triunfo del kirchnerismo en la PASO.

Primero rechazó el convite para que un dirigente de su sector ocupara el segundo lugar en las listas a diputados nacionales, sitio que terminó tomando Bermejo. Pero, sobre todo, el cacique sureño fue la voz cantante de los intendentes opositores que no quieren darle al gobernador la ley que pide para financiar un acueducto en La Paz, un plan para el tratamiento de la basura, una doble vía en el Este y las mejoras en la ruta Panamericana.

Un cúmulo de recelos personales tanto de Felix como del resto de los intendentes están detrás de esa decisión. El peronismo no olvida todavía los daños que Cornejo le provocó al entonces ya golpeado gobierno de Franciso Pérez cuando, como líder de la oposición, rechazaba en la Legislatura todo tipo de habilitación para tomar más deuda para que Paco pudiera salir del ahogo financiero en el que se había metido.

La disputa de principios de este año por la jugada del gobernador para jubilarlos de sus comunas a través de una enmienda de la Constitución, hizo el resto del trabajo para alimentar los enconos.

El PJ pidió más plazo para analizar los proyectos (algunos mencionaron incluso que podrían ser tratados recién después de las elecciones) y durante este fin de semana trascendió que podrían terminar negociando la aprobación de al menos dos de ellos.

El gobierno consiguió que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Fiduciario Federal de Infraestructura Regional (FFFIR) financien cuatro proyectos de diferente envergadura.

El que se llevó toda la atención, fue el que contempla las mejoras en la ruta 82 (Panamericana), con un financiamiento por parte del BID por U$S 50 millones a una tasa del 5,3%, un plazo de gracia para pagar de 5 años y con más de 20 años de amortización. El proyecto no solo mejora ese corredor, sino que además incluye la ampliación de la calzada para convertirla en autopista urbana de dos carriles de circulación.

Este préstamo tiene una característica: es el tercero que Mendoza recibiría en su historia de manera directa, es decir, a través de una negociación propia con el organismo multilateral de crédito sin que haya un paso previo por el gobierno nacional.

Durante el gobierno de Julio Cobos, en 2006, la provincia logró acceder en forma directa a un crédito del BID por U$S 50 millones para desarrollar el programa Mendoza Productiva y en 2012, durante la gestión de Pérez, se obtuvo otro por casi U$S 80 millones para el plan Mendoza Tecnológica. En la actualidad, los compromisos a pagar de la provincia con el BID ascienden a los U$S 208 millones con vencimientos que llegan hasta el 2026.

El paquete de obras se completa con un acueducto ganadero de La Paz, con un pedido de endeudamiento por U$S 12 millones. El plan aquí es llevar agua en una zona del Este en donde se concentra el 70% de las cabezas de ganado bovino de la provincia, con un sistema presurizado que se tratará de manera comunitaria en esa región de secano.

Y además se pidieron U$S 13 millones para la construcción de la doble vía acceso a San Martín-Rivadavia y Junín. Estos dos últios proyectos, financiados por el FFFIR.

Tiene menos prensa (pero apunta a ser el más importante por cuestiones de cuidado del ambiente) el pedido de deuda por U$S25 millones para lo que se denonimó Girsu, un programa para el tratamiento de la basura en el Gran Mendoza y en el Valle de Uco.

Este plan se viene elaborando desde hace tiempo y tiene dos componentes. Algo más de U$S 2 millones van a ser destinados para hacer entre Tunuyán, Tupungato y San Carlos dos plantas de transferencias para trasladar los residuos del lugar a un mismo relleno sanitario.

El segundo proyecto, con más de U$S20 millones de inversión, apunta a darle tratamiento final a la basura en al área metropolitana y comprende a los siete municipios que lo integran. Si se concretaran estas dos iniciativas, se terminarían con los basurales a cielo abierto en toda la provincia.

En el Gran Mendoza se abre otra idea interesante, asimismo. Con iniciativa privada, se apunta al procesamiento y a la generación de energia con la utilización del gas que emanan los residuos orgánicos.

No hay dudas acerca de lo que está pasando alrededor de este debate por las obras. Los diputados y senadores justicialistas anunciaron su rechazo al proyecto de toma de deuda y terminaron disfrazando, con objeciones técnicas, las divisiones políticas internas que ese pedido generó.

Entre los planteos de estos tipo que se hicieron, hay algunas fallas notorias.

El viernes, desde el justicialismo lanzaron que en el proyecto hay «endeudamiento oculto» y el diputado Lucas Ilardo, mano derecha de Fernández Sagasti, aseguró que Cornejo quiere U$S 50 millones de dólares extras para la contraprestación provincial de las obras, y que el financiamiento total será de U$S 180 millones. Y no U$S 130 millones. El dato es erróneo. El mismo pedido de endeudamiento, contempla la contraprestación que será financiada por el FFFIR.

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