la «grieta» por la 7722 se instaló en el Valle de Uco

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El renacido debate por el futuro de la minería en Mendoza de la mano de la modificación de la ley 7722 avanza y no reconoce límites geográficos ni institucionales. Incluso en el corazón del Valle de Uco, considerado el bastión de la resistencia, se abrió una grieta entre representantes del sector productivo y empresario: por un lado, mientras la Sociedad Rural se declaró en «estado de alerta y movilización» en defensa de la norma, por otro la Cámara de Industria y Agricultura de Tunuyán propició el diálogo y hasta hablan de «zonificación» o convivencia entre minería y producción.

La Sociedad Rural del Valle de Uco dio a conocer un crítico documento, en el que incluso «llama a adherir a la consigna de no modificar la ley 7722 » a la entidad tunuyanina, como también a sus pares de Tupungato, Alvear y San Rafael, junto a la Sociedad Rural del departamento sureño y la Federación de Cámaras Vitícolas de Mendoza.

«Los métodos siempre contaminan. Y son escasos los recursos que dejan para el desarrollo regional: es una actividad saqueante», expresaron desde la entidad con sede en San Carlos liderada por Mario Leiva, quien repartió «palos» a empresarios y políticos.

Tras señalar un «lobby minero, en complicidad con el kirchnerismo, el justicialismo y el radicalismo» para avanzar con la modificación «previa a su anulación definitiva», señaló su «repudio y la necesidad de estar alertas a todas las organizaciones que representan al pueblo del Valle de Uco».

«Nos parece una falta de respeto y desprecio total hacia el ciudadano que participó de la última elección. Tanto Fernández Sagasti como Suárez dijeron que iban a respectar el consenso social de cuidar y proteger nuestros recursos y medio ambiente. A nuestros representantes les recordamos que la ley 7722 es ejemplo en el mundo, ratificada por la Corte Suprema el año pasado», remarcaron.

Del mismo modo, el documento subraya la crisis hídrica y la contaminación por uso de arsénico, entre otras sustancias, como «razones taxativas» para el rechazo.

Para la Sociedad Rural del Valle de Uco, que tampoco ahorró críticas a la concentración económica en detrimento del modelo productivo y al «aumento del gasto público que requiere mayor recaudación», avalar la minería «es declarar la diáspora de la producción primaria. No sabemos qué parte no entiende la corporación política que a toda costa necesita el fondeo de la minería contaminante».

Zonificación, la otra propuesta

Por su parte, pese a no aparecer entre las 30 instituciones (entre cámaras empresarias, asociaciones y sindicatos) firmantes de un petitorio que se dio a conocer durante el fin de semana a favor de la discusión en la Legislatura, la CIAT (Cámara de Industria y Agricultura de Tunuyán) también salió a marcar postura. En este caso, a favor de la discusión para avanzar.

Según su presidente, Diego Stortini «lo que planteamos es el debate, y venimos propiciando desde 2018 dentro de la órbita de la Federación Económica de Mendoza, trabajando muy juntos dentro de una liga de seis cámaras territoriales. Representamos a 200 asociados, incluidos bodegas y del sector turístico, y estamos en defensa del estado de derecho, por sobre todo».

Al respecto, el dirigente advirtió que «las discusiones hay que darlas, no presentar posturas abroqueladas y cerradas con un candado para siempre. E intentar consensos sabiendo que hay regiones como el Valle de Uco donde se busca preservar un ecosistema sustentable y libre de minería; en ese sentido, la zonificación de la minería es una alternativa válida, como parte de una agenda integral que debe contemplar también la recuperación de otras actividades económicas». Y resaltó que durante 2019 se llevaron adelante 60 foros referidos a la minería y 2 o 3 de temáticas agroindustriales.

Para Stortini, no tener una agenda abarcativa «que incluya a la federalización de la agroindustria, genera que vivamos hablando de la minería. Sino entramos en el terreno de oponernos sin una hoja de ruta en concreto. Hay que recuperar a la industria en conjunto». 

Finalmente, el titular de la CIAT concluyó con un mensaje: «Debemos ser centinelas de la democracia en este momento. Ninguno puede arrogarse la representación del interés general y ser dueño de una única verdad. Estamos sumergidos en una grieta que hay que superar a toda costa con consensos generales básicos».

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