Las sobreactuaciones políticas absurdas que frenan las cuatro obras

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Mendoza busca recursos para financiar 4 obras. El Gobierno asegura que podrían caerse los proyectos si el PJ no los aprueba. La oposición busca marcarle la cancha al Gobierno, pero se equivocó de camino: le permitió todo a Cornejo y ahora niega acceder a un crédito blando. 

Pasaron más de tres años de gestión y Alfredo Cornejo tuvo un camino sin obstáculos. Reclamábamos, desde hace mucho tiempo, la necesidad de que haya una oposición firme, que sepa plantarse y con ambición de poder. Tras las derrotas electorales el PJ mendocino no logró consolidad liderazgos y ese problema le facilitó las cosas a Cornejo para avanzar, pues el gobernador tiene habilidad para potenciar las flaquezas ajenas. Pero también generó un problema institucional por la falta de interlocutores.

Así, Cornejo logró avanzar sin mayor problema con reformas estructurales, algunas de las cuales aún generan dudas en cuanto a su resultado final. Pues a poco de terminar el mandato, el PJ busca revertir esa imagen frenando los proyectos de financiamiento para 4 obras que fueron aprobadas por el Banco Interamericano de Desarrollo. Pero con el riesgo de caer en la sobre actuación. Curioso, pues es el mismo partido que le aprobó a Cornejo una deuda de 500 millones de dólares para encarar la “convocatoria de acreedores” que debió hacer la provincia en 2016. También el mismo partido que, en acuerdo también con la UCR, desvió fondos de un crédito que era para obras de saneamiento y lo usó para gastos corrientes.

El propio Gobernador tiene como muletilla una frase: las obras no tienen nombre porque la gente después ni se acuerda quién las hizo. Pues, algo de razón tiene porque los trabajos grandes atraviesan varias gestiones. Así, por ejemplo, él «capitalizó» el túnel de Cacheuta, pero quien lo gestó fue Francisco Pérez. Lo mismo le pasará a los próximos gobernadores.

Sobre las 4 obras no hay muchas objeciones con argumentos sólidos. Todos reconocen, con más o menos entusiasmo, que son necesarias. Y, de hecho, han sido parte de proyectos de otros partidos.

La ampliación de la ruta 82 busca cerrar las reformas iniciadas allá lejos y hace tiempo con la obra de la represa Potrerillos, que implicó hacer parte de la ruta 7 nueva, la ruta del perilago, un túnel y ahora un plan de desarrollo turístico. Pues ese es un buen ejemplo: la represa se construyó con fondos estatales tras la venta de la empresa local de energía. Pero todo el resto de las obras, que costaron más que el dique, fueron financiadas con créditos internacionales y el BID fue el principal prestamista. Se incluye allí los cientos de kilómetros de impermeabilización de canales (y los que faltan) para evitar el fenómeno de las aguas claras. Pero esa ruta no solo cumplirá un rol turístico. La explosión demográfica del piedemonte y alrededores de Luján han saturado la ruta.

La ampliación de la ruta 82 busca cerrar las reformas iniciadas allá lejos y hace tiempo con la obra de la represa Potrerillos, que implicó hacer parte de la ruta 7 nueva, la ruta del perilago, un túnel y ahora un plan de desarrollo turístico. Pues ese es un buen ejemplo: la represa se construyó con fondos estatales tras la venta de la empresa local de energía. Pero todo el resto de las obras, que costaron más que el dique, fueron financiadas con créditos internacionales y el BID fue el principal prestamista. Se incluye allí los cientos de kilómetros de impermeabilización de canales (y los que faltan) para evitar el fenómeno de las aguas claras. Pero esa ruta no solo cumplirá un rol turístico. La explosión demográfica del piedemonte y alrededores de Luján han saturado la ruta.

Al final de todo es gestión lo que importa. Las dudas planteadas por la oposición apuntan al posible negocio que haya detrás. Pues la basura es un gran negocio en casi todo el mundo y en Argentina en particular. En Mendoza son pocos los municipios que tienen a cargo el tema. La mayoría ha tercerizado, ha gerenciado la recolección y transporte. También ocurre con el tratamiento, pues la planta de Las Heras es concesionada. El PJ sabe cómo se negocia, pues fue Celso Jaque el que, por ejemplo, generó el monopolio de la recolección y tratamiento de residuos patológicos, dejando el tema en manos de Pescarmona. ¿Es un negocio la basura? Sí, y requiere mucha inversión y mucho control. Lo saben las provincias que ya captaron recursos y donde hubo hechos de corrupción. Pero lo que también es seguro es que Mendoza está al borde del colapso ambiental. Por lo que ocurre debajo de la tierra con las cloacas y también, en algunas zonas, por el atraso en la gestión de residuos sólidos.

¿Y la política?

No hay en la historia reciente ningún caso de rechazo de un distrito a un crédito del BID. No hay tampoco ninguna forma de financiar obras en mejores condiciones. De hecho, en Argentina hoy no hay ninguna forma de hacer obras estructurales que no sea esa: no hay crédito, la Nación ajustó las cuentas y no licita obras nuevas, Mendoza se gasta lo que recauda en pagar sueldos y sostener los servicios mínimos (casi sin posibilidad de ahorros).

Lo que parecía un trámite, terminó en el terreno fangoso de la política. Todos sobreactúan. El PJ adjudicándose la potestad de custodio de las cuentas públicas (tarea que en verdad sí le cabe a la Legislatura, pero que tendría que tener un parámetro más amplio). Y el Gobierno sobreexponiendo los acuerdos no cumplidos por el PJ y los problemas que traería no aprovechar el crédito. En el medio, se traslucen las dificultades que tiene la dirigencia de la provincia para dialogar con sensatez.

Para llegar a que se apruebe un crédito en un organismo internacional es necesario transitar un camino árido que tiene varios requisitos imprescindibles. EL primero y más difícil es tener proyectos técnicos que sean sólidos. “Elaborar los proyectos para que sean elegibles es muy complejo. Eso no tiene que ver con un partido político. Mendoza tenía un equipo excelente que luego fue desmantelado. Ahora se volvió a armar. No es una cuestión de partidos”, explicó uno de los funcionarios que participó de negociaciones con el BID hace tiempo.

En el gobierno aseguran que Anabel Fernández Sagasti y Alfredo Cornejo hablaron del tema antes de la presentación del proyecto y que hubo acuerdo político para avanzar. El Gobernador, aseguran, tomó a la candidata como interlocutora por la legitimación que consiguió tras las PASO. Pero además, ambos dirigentes tienen diálogo. Sin embargo hay un teléfono descompuesto y las tensiones internas del PJ por ahora pesan. Ante ese escenario, Cornejo busca sopreexponerlos: creen que tienen ganada la pelea en la opinión pública y harán cargo a la oposición si los proyectos naufragan. Por eso convocó a los legisladores para dialogar. “Si vemos que no lo van a aprobar, retiramos el proyecto y no mandamos nada al BID”, apuran en el Ejecutivo.

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