La UCR y el PJ enfrentan una semana de definiciones que terminará en el súper sábado, cuando se conozcan los candidatos a la Cámara de Diputados de la Nación. Las opciones de Cornejo y el consejo de Cristina para Fernández Sagasti.
Alfredo Cornejo no descansará, ni se tranquilizará, hasta la finalización del proceso electoral; hasta que los mendocinos le digan –por medio de las urnas– si hizo bien o no su trabajo. Tras las PASO y la confirmación de la ventaja de 7 puntos y algo más del espacio oficialista por sobre el peronismo en su conjunto, el gobernador se enfocará en la estrategia electoral que más garantías de triunfo le acerque al candidato Rodolfo Suárez. Y más que la elección de Suárez –el intendente irá por la Gobernación–, la que viene será su propia elección. Un examen final en el que Cornejo volverá a poner el cuerpo y lo que sea necesario para que Cambie Mendoza derrote al nuevo peronismo que comienza a tomar forma con Anabel Fernández Sagasti, la hija política dilecta de Cristina.
Y qué significa “poner el cuerpo”: encabezar la lista de candidatos a diputados nacionales. Cornejo no quiere ese lugar, ni tampoco el ámbito. Pero si existiese alguna imposición nacional o la necesidad extrema de ir al frente de la boleta porque el peronismo pueda acechar peligrosamente el gobierno de Cambia Mendoza, el gobernador no podría evitar volver a ser candidato una vez más.
Además de las razones que por estas horas esgrime Cornejo para evitar llegar a ser candidato, existen un par de razones a las que necesariamente hay poner en observación: la disputa muy fuerte que ya se está dando en Juntos por el Cambio (el nuevo Cambiemos), por la presidencia de la Cámara de Diputados entre el PRO y el radicalismo. La tradición indica que quien encabece la lista en Buenos Aires se convierte en el titular de la cámara baja. María Eugenia Vidal tiene mucho peso en esta contienda. Pero los radicales la reclaman para sí luego de que Macri sumara a Miguel Ángel Pichetto como su candidato a vice. Y el nombre que barajan es el de Cornejo.
Hay un segundo factor que le juega en contra al gobernador. Se trata de la hoy inestable y distante relación que se fue descubriendo entre el mendocino y el presidente desde que comenzaron los cuestionamientos más fuertes del radicalismo hacia la gestión de gobierno, un poco más de un año atrás. El presidente de la Cámara de Diputados es un alfil leal del presidente, de cualquiera; una pieza de confianza que debe conducir a buen puerto las prioridades del jefe de Estado en ese ámbito. Y hoy ni Macri lo prefiere, ni a Cornejo le cuadra ser ese mascarón de proa. Siempre maldijo el momento en que tomó la conducción del radicalismo a nivel nacional. “Nos empujaron a bailar y tuvimos que bailar”, dijo por medio de uno de sus allegados en diciembre del 2017. Desde ese momento, Cornejo le reclamó a Macri y al PRO más participación en las decisiones centrales del gobierno para dejar de ser un socio puramente electoral. Los reclamos sucedieron a las tensiones entre ambos más visibles en los últimos tiempos.
El jueves, Cornejo analizará con los intendentes la estrategia y allí comenzará a visibilizarse con más claridad cuál será su rol, frente al cierre del plazo para inscribir las listas de candidatos a diputados.
El sábado será, en términos políticos, un súper sábado. El peronismo, que desde las PASO comenzó a moverse al ritmo de la kirchnerista Anabel Fernández Sagasti, también debe definir su propia lista. Anabel tendrá el poder en Mendoza, pero con una referencia ineludible en el Instituto Patria, el centro de comando de Cristina y de Alberto Fernández. Por estas horas se espera el resultado fino de la negociación que tienen los Fernández con Sergio Massa, situación que podría tener algún impacto en Mendoza. Antes de que Jorge Difonso, intendente de San Carlos y socio del radicalismo en Mendoza, se quejara del acercamiento de su referente a nivel nacional con Cristina, en el entorno de Fernández Sagasti se lo mencionaba como uno de los posibles dentro de las listas del peronismo. Y sobre el fin de semana, alguien de alrededor de Anabel llegó a pedirle, a Difonso, que fuese prudente con sus declaraciones.
La idea de Anabel es ir por la unidad del peronismo en la provincia y que eso se refleje en la lista de candidatos a diputados. El sector de los intendentes, que viene de perder frente a Fernández Sagasti y Jorge Tanús, impulsa a Alejandro Bermejo. Pero a los hermanos Félix (Emir y Omar) del sur provincial, les interesa colocar en la discusión el nombre de Gustavo Valls, el ex legislador provincial que hoy es uno de sus principales operadores. Sagasti ha dejado en manos de los Bermejo (Alejandro y Adolfo) y de los Félix el segundo lugar en la lista porque el primero –o la primera–, le responderá directamente por haber ganado la interna.
El jueves último Sagasti y Tanús visitaron a Alberto y Cristina en el Instituto Patria. Allí, los integrantes de la fórmula, adelantaron que respetarán la decisión de Anabel sobre la lista de diputados que proponga. La senadora, flamante candidata a gobernadora, les comentó que la unidad peronista en Mendoza es la mejor respuesta para enfrentar a Cambia Mendoza. Anabel confía en la unidad y está convencida de que es el mejor camino para intentar ganar la provincia, si es lo que finalmente se busque, porque también existe la alternativa de preparar mejor el escenario para el 2023.
Sin embargo, Cristina, al margen de aquella reunión compartida con su compañero Alberto Fernández, animó a su “hija política” a que armara la lista como a ella le convenga y si eso significa entronizar a dos candidatos propios, de su sector Unidad Ciudadana, en los puestos entrables (el primero y el segundo), que lo haga sin temor.
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