Hasta el 10 de abril hay tiempo para la conformación de un frente con chances de recuperar el poder. La confirmación de Bermejo permite al peronismo volver a discutir con potenciales aliados. Una fórmula con Anabel Fernández Sagasti o con José Luis Ramón en la boleta.
Pasó una semana de verdadera incertidumbre en el peronismo ortodoxo. Pero el sábado se confirmó finalmente lo que muchos, al menos en este sector del PJ, estaban esperando que se concretara, que es la candidatura de Alejandro Bermejo para la gobernación. Ahora comienza otra etapa a contrarreloj que es la de negociación intensa con otras fuerzas políticas para generar un frente político que genere chances reales de volver al poder.
Días atrás, el intendente de Maipú había generado zozobra. A pesar de que los números le dan un buen crédito como candidato, comenzó a correrse el rumor desde Maipú de que no se presentaría para las elecciones. El temor no era sólo de los propios, de aquellos que vienen en la gestión del maipucino desde hace años, sino también de los aliados del sector, quienes lo veían dubitativo ante el desafío.
La incertidumbre se había instalado fuertemente sobre todo porque Alejandro estuvo ausente durante una de las reuniones de los equipos técnicos que se hizo en la semana, donde sí estuvo su hermano Adolfo, el senador provincial. A esa altura, en las filas del peronismo ortodoxo, los que siguen al pie del cañón las negociaciones ya temían una suerte de operación en contra del intendente justicialista que lo había hecho desistir de su carrera electoral.
Había abono suficiente en los últimos meses para no descartar esas teorías conspirativas. La primera de ellas, cuando dio un giro sorpresivo y terminó bendiciendo y entregando el poder político a Matías Stevanato, su rival más enconado apenas cuatro años atrás. La segunda, cuando decidió no plegarse a los otros cuatro intendentes peronistas que adelantaron sus comicios y que fueron a tribunales para repeler el decreto de 198 promulgado por Alfredo Cornejo para poner fin a sus reelecciones. Demasiadas sorpresas para una dinastía, los Bermejo, que no se caracterizó por improvisar.
Todo terminó de cerrarse el viernes y este sábado Alejandro Bermejo confirmó en Tunuyán que será el candidato por el sector. Cuenta con el apoyo de los cuatro jefes comunales y los legisladores nacionales.
También es cierto que faltaban algunas señales internas. Una de ellas, el triunfo político de Martín Aveiro, Roberto Righi, Emir Félix y Jorge Omar Giménez en los tribunales. Cornejo terminó cediendo y se pactó entonces un acuerdo ante la Corte. No era una señal menor, puesto que son los nombres fuertes con los que el peronismo confía volver a ganar las elecciones en esos departamentos.
Se abre ahora un periodo interesante de negociaciones que se habían complicado en los últimos días, un poco por el ánimo variable del Bermejo menor.
El adelanto de los comicios en Lavalle, San Rafael, San Martín y Tunuyán hizo que el PJ clásico tuviera que negociar una lista de nombres en común con Unidad Ciudadana. Pero todavía esta abierta la negociación y Anabel Fernández Sagasti sigue adelante con su postulación e instalación pública y mediática. Hay otras señales que se están dando y que superan al PJ mendocino y es el entramado nacional que tiene ahora a Roberto Lavagna como el candidato de la unidad, por sobre Cristina Fernández de Kirchner.
Está claro que la fortaleza de Anabel deviene a su vez del margen que le pueda dar CFK. La negociación en esos cuatro departamentos permitió que Unidad Ciudadana lograra puestos entrables en los concejos deliberantes. Ahora, la pregunta es hasta dónde llegará Anabel con su postulación. En medio de la especulación del peronismo tradicicional, ha sido la única se lanzó sin dubitación. También hay que tener en cuenta el factor Carlos Ciurca en la negociación. Aquellos que conocen bien al ex vicegobernador lasherino, apuestan que presionará al máximo para lograr una buena repartición de los cargos y del esquema de poder.
El otro frente de negociación abierto es Protectora. Desde diciembre, al menos, se viene hablando de José Luis Ramón como la «niña bonita». Por aquellos días, se mencionaba que Rodolfo Gabrielli buscaba unir al PJ y a otras fuerzas tras la figura del abogado y actual senador nacional. Hoy, el Rolo está lanzado a la gobernación aunque -con una mezcla de realidad y no menos maldad- en el PJ no se han tomado muy serio esta postulación: «¿Cómo le explicás a un militante con Instagram quién es Gabrielli?».
En Protectora afirman que hablan con todos, pero también ponen sus límites. No quieren, según indicaron, integrar un frente con cualquiera y ponderan que la intención de Ramón es liderar con el nuevo partido que ahora tiene sello político propio. También señalaban hasta hace pocos días que los convites del PJ eran meramente artilugios y llamados para el propio peronismo, que necesitaba ordenarse internamente.
Con todo, no son pocos los que ven a Ramón como candidato a vicegobernador de Bermejo, con más posibilidades de victoria que la lista de unidad estrictamente peronista que ven en la boleta al maipucino con Fernández Sagasti. Una foto posteada hace días atrás por el mismo Ramón en un barrio de Maipú generó la comidilla, aunque las conversaciones venían desde hace meses. Todo parecía medianamente cocinado, entonces, pero la negociación se «arrebató».
Ahora, el más chico de los Bermejo tiene tiempo hasta el 9 de abril para lograr un frente competitivo ante un Cambia Mendoza con fisuras pero -al menos en la foto actual- con más chances de mantener la continuidad del poder. Y también para lidiar con sus propios fantasmas
Se protagonista - deja tu comentario